Rudy Jordan





Tiempos de Algodón

"Poema a mi madre"


Un cielo muere en tus brazos y otro nace en tu ternura
a tu lado el cariño se abre como una flor.
Oquendo de Amat, poeta peruano.

El niño se aferra al tibio pecho de la madre
y abotona su boquita como un pez.

La madre entrega su dulce seno de coco
y duerme plácido el niño entre nubes, plastilinas y caramelos de limón.

Y si cucos y brujas inquietan sus primeros sueños de algodón,
la madre agita su ala protectora
y los ahuyenta con rezos susurrados por Dios.

Ya la noche oscurará sus arcoiris
Ya el niño aferrado a otro pecho
cantará una música menos inocente.

La madre esperará siempre en aquel cuarto de crayola
con sus cánticos y cuentos
y el tibio pecho siempre dispuesto
contra el dolor y el desconsuelo.









El pronóstico del Tiempo

A Washington y Luchito

El pronóstico del tiempo anuncia
Que una torrentosa nube de tristeza se asoma a la ciudad.
Las mujeres se arrojan a las tiendas
pa adquirir las últimas prendas de la moda invernal;
Los hombres luchan por apoderarse del mejor lote
pa eludir el temporal.
Y es que nadie quiere que “la tristeza lo alcance”
-salvo Luchito Hernández-
Porque temen que su fina garúa
de afilados cristales
Les corte la cara
el cuello
el cuerpo
o que el agua metálica se les empoce en los huesos
como una peste líquida o un crónico mal.
Se equiparon con paraguas  
Instalaron calefacción en las salas
Y erigieron un toldo gigante que tapaba todo el cielo.
Flash informativo: la gran nube ha desviado su ruta: Ya no pasará por la ciudad.
Debían celebrar y enmudecieron.
Debían abrazarse y se quedaron mirando al cielo con calmada frustración.
Entre fiesta y fiesta
Bajo el cobijo del confortable toldo
Olvidaron la torrentosa nube
Y las estaciones se sucedieron
eternamente se sucedieron
sin cielo, ni prisa
sin pena, ni risa
sin luna, ni llanto.
Sin sal y sin sol.

Y así vivieron felices
comiendo perdices
Con la emoción atemperada
y, como diría aquel que caminó todos los desiertos,
“sin una gota de agua en el corazón”.

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